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Hidrolavadoras

Estos equipos de alta presión se clasifican en dos categorías principales, basadas en el tipo agua hidrolavadora: las de agua caliente y fría. Ambas cuentan con modelos que proveen los mismos alcances, idéntica presión y capacidad de limpiar tanto interiores como exteriores, por lo que surge de manera constante entre los consumidores la pregunta sobre cual opción elegir.

Hidrolavadoras de agua caliente

Son tres los elementos claves que se combinan al momento de utilizar una hidrolavadora de agua caliente. El calor lanzado a alta presión genera un efecto de agitación, que reduce la tensión de la superficie donde golpea el chorro de agua. Esto permite que el líquido penetre en las manchas más profundas y difíciles de quitar.

El jabón o detergente es otro factor determinante en el éxito que tendremos al realizar la limpieza: este elemento se encarga, mediante agentes suavizantes, de romper químicamente el lazo entre la mugre y la superficie afectada. Los equipos de agua caliente nos brindan entonces el balance perfecto de los tres elementos esenciales para el éxito: calor, agitación y detergente.

Hidrolavadoras de agua fría

Si lo que buscamos es simplemente retirar arena, tierra o lodo, el agua fría combinada con un buen detergente serán más que suficientes. Además, por ser las hidrolavadoras de agua fría equipos más económicos que los de agua caliente, requieren de un menor costo de mantenimiento.